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22 lugares ignacianos

Durante once meses (1522-1523), Manresa acogió Ignacio de Loyola. La ciudad influyó, de este modo, en la trayectoria de un personaje que acabaría siendo universal. Eran tiempos de cambios: por primera vez se había dado la vuelta al mundo, el Mediterráneo era un punto de conflicto entre musulmanes y cristianos y la crisis de la Iglesia desembocaría en la Reforma protestante. Tras abandonar la vida política y militar para dedicarse a la meditación y a la vida contemplativa, Íñigo - tal y cómo se le conocía - emprendió una peregrinación desde su tierra natal, en Loyola, hacia Jerusalén. Pasó por Montserrat y se alojó en Manresa donde, según él mismo, tuvo una serie de experiencias místicas que resultarían claves en la redacción de su obra más influyente, los Ejercicios Espirituales.

Varias familias manresanas lo recibieron y lo auxiliaron cuando hacía vida de penitente y cuando enfermó. Ignacio encontró en Manresa numerosos espacios - algunos de ellos, en soledad- donde practicó su nueva vida espiritual.

El papel clave que la ciudad tuvo en la configuración del pensamiento y la acción de Ignacio ha sido reconocido por la Compañía de Jesús, que ha adoptado los topónimos Manresa y Cardener para dar nombre a multitud de instalaciones, equipamientos y programas vinculados a esta orden religiosa, presente en todo el mundo.

Siguiendo los pasos de Ignacio de Loyola por Manresa, nos movemos entre dos épocas. Por un lado, la medieval y gótica que conoció Ignacio, a través de la basílica de la Seu, el Centro de Interpretación de la calle del Balç y el Espacio Manresa 1522: la ciudad de Ignacio. Y, por otro lado, la ciudad de época moderna influida por el santo, en el entorno del santuario de la Cueva y del Museu Comarcal (antiguo Colegio de San Ignacio), especializado en arte barroco.

La visita a los 22 lugares no sólo permite seguir las huellas de Ignacio sino también conocer la Manresa que él vivió (1522) y la ciudad de los siglos posteriores, influienciada por la presencia del peregrino. Se trata de unos espacios excepcionales y únicos que guardan una estrecha relación con San Ignacio.